Habitualmente acuden a consulta perros cuyos propietarios nos comenta que ladran de manera compulsiva en diferentes situaciones, y es que este ladrido puede llegar a resultar muy molesto.

El exceso de ladrido puede deberse a varias razones: demanda de atención, ansiedad por separación, miedo, defensa del territorio, agresividad, etc.

Cuando se trata de un problema comportamental, muchas veces el origen de este tipo de ladrido es el refuerzo involuntario de una conducta de ladrido normal, ya sea por prestarle atención o porque el perro consigue que algo bueno aparezca o algo malo desaparezca gracias al ladrido.

También existen factores predisponentes asociados, como por ejemplo la raza: caniche toy, dachshund miniatura, chihuahua, beagle, terriers y perros de pastoreo son más propensos.

Antes de tratar este problema, debemos estar seguros de que el perro está completamente saludable y que el ladrido no es consecuencia de alguna patología que incluso le pueda estar causando dolor.

El tratamiento para el ladrido comportamental dependerá del tipo de ladrido y la situación que lo provoca. Por ejemplo, si nuestro perro ladra cuando llamamos al timbre y al abrir la puerta le acariciamos, estaremos reforzando esta conducta.

No recomendamos los collares antiladrido, ya que defendemos el bienestar animal y creemos que hay otros métodos eficaces para disminuir o eliminar el exceso de ladrido.

Recuerda que la mejor forma de ayudar a tu peludo es acudir a un profesional.